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  • Foto del escritorAstrid Cereceres

Colores evolutivos

Por Elizabeth Chacón

 

El color de cabello, ojos y cabello son algunos de los rasgos más característicos de las personas, aun así, existen marcadas diferencias entre individuos. Estas diferencias se deben, en parte, a la melanina, la cual se produce en células llamadas melanocitos presentes en la capa basal de la epidermis, bulbo piloso y en el iris.

La melanina junto con otros cromóforos como la hemoglobina brindan la variación de colores de piel, ojos y cabello.

  • En la piel, los melanosomas son transferidos desde los melanocitos a otras células de la piel, los queratinocitos, que migran a capas superiores de la epidermis. Aquí los melanosomas están reunidos en torno al núcleo, proporcionando protección contra la radiación ultravioleta.

  • En el cabello los melanocitos trasfieren melanosomas a los queratinocitos, que van migrando y se diferencian para formar el tallo del cabello.

  • En el iris, los melanosomas se encuentran dentro de los melanocitos únicamente, y el tipo de melanina, densidad y distribución de los melanosomas son los que van a determinar el color de los ojos.

La piel con poca pigmentación tiene menos cantidad de melanina, y esta se presenta en formas más claras, como la eumelanina café y feomelaninas amarillo/rojo, con melanosomas menos pigmentados, de menor tamaño y empacados en grupos. Al contrario, la piel más oscura tiene mayor cantidad de melanina, con melanosomas más pigmentados, grandes y distribuidos.

El lugar geográfico tiene un gran papel en la distribución de la pigmentación, siendo más oscuro en las áreas ecuatoriales y tropicales, disminuyendo entre más se aleja del ecuador, debido a la radiación ultravioleta del sol.

Hablando del cabello y ojos, la mayoría de la población tienen un color oscuro, el mayor porcentaje de pelirrojos y rubios se encuentran principalmente en Europa, distribuido el color pelirrojo mayormente en Gran Bretaña e Irlanda, mientras que el color rubio se encuentra en países nórdicos, también muy presente en poblaciones australianas y melanesias.

Con una distribución similar los ojos azules, verdes y avellana, se encuentran mayormente en Europa, sin embargo, no son estrictos de estas poblaciones, ya que el humano tiene la facilidad de moverse por todo el mundo, encontramos variaciones que no van de acuerdo con la geografía.

Hay una hipótesis que relaciona la evolución con la pigmentación cutánea como la de Robins y Jabloski (Sexual selection as a cause of human skin colour variation: Darwin's hypothesis revisited Ann Hum Biol, 29 (2002), pp. 589-608), ya que la melanina actúa como capa fotoprotectora, además elimina radicales libres y oxidantes.

La radiación y las quemaduras solares causan daño en el ADN, trastornos en la termorregulación, glándulas sudoríparas e infecciones cutáneas. En ambientes tropicales, donde se dio una evolución temprana de la especie, la piel oscura fue una ventaja en la absorción de radiación ultravioleta en comparación con la piel clara, que es más sensible.

Según la revista de Fotoquímica y Fotobiología, la radiación también puede afectar algunos nutrientes esenciales como el folato, necesario -para la síntesis y reparación del ADN, generando complicaciones en embarazo y anormalidades fetales como defectos en el tubo neural, espina bífida y anencefalia, así como problemas con la espermatogénesis.

Por su parte la hipótesis de la vitamina D explica la distribución de la pigmentación clara en zonas que reciben poca radiación, ya que la vitamina D se sintetiza en la piel, y tiene un papel clave en el metabolismo óseo y su deficiencia produce raquitismo en niños y osteomalacia en adultos. En zonas donde hay poca radiación, los individuos de piel clara tendrán una ventaja, ya que necesitan 10 veces menos exposición al sol para producir la misma cantidad de vitamina D que una persona con piel oscura.

La selección natural y sexual favorece determinadas variantes genéticas en ciertas zonas geográficas, aumentando y siendo más notorias y abundantes con el tiempo, intentando favorecer a los de la zona con las mejores cualidades según el área, dejando una huella selectiva.


Bibliografía

Parra, E. J. (2011). Evolución de la pigmentación en la especie humana. Piel, 26(2), 66-79.

Borradalea D. (2014). Exposure to solar ultraviolet radiation is associated with a decreased folate status in women of childbearing age. Journal of Photochemistry and Photobiology B: Biology; 131:90–95.

➔ Robins and Jabloski. (2002). Sexual selection as a cause of human skin colour variation: Darwin's hypothesis revisited. Ann Hum Biol, 29, pp. 589-608

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